Patricia Ruh: un compromiso adquirido que continua vigente

Persona destacada

Hablar de la historia del Colegio de Profesionales en Orientación sin mencionar a su primera presidenta, es omitir un aporte invaluable que se mantiene hasta hoy. No solo por su valentía al asumir el desafío de liderar los primeros pasos del Colegio, sino por el compromiso que le caracteriza actualmente desde la secretaría administrativa.

Su afinidad con la Orientación nació mucho antes de elegirla como carrera. Desde el colegio, recuerda cómo sus compañeras solían acercarse a ella en busca de consejo, apoyo o simplemente una escucha atenta. “Por alguna razón era una persona a la que se le acercaban a pedir consejo”, cuenta. Aunque inicialmente pensó en estudiar Administración, diferentes razones la llevaron a conocer la carrera de Orientación y en ese momento no dudó en matricularse. Desde entonces no ha dejado de trabajar por el bienestar y el desarrollo personal y profesional de otras personas.

Se formó en la Universidad de Costa Rica, donde obtuvo el Bachillerato y la Licenciatura en Orientación, además de una maestría en Evaluación de Programas Sociales y complementó su formación con una licenciatura en Recursos Humanos en la Universidad Nacional (UNA). Su carrera profesional se desarrolló en diversos centros educativos de secundaria y también en el ámbito universitario, donde trabajó en un programa dedicado a brindar servicios estudiantiles. Desde allí impulsó proyectos y acciones que fortalecieron el acompañamiento al estudiantado, además de ejercer como docente en la UNA y la UCR, formando a varias generaciones de orientadoras y orientadores.

Al mirar hacia atrás, define la evolución de la Orientación desde la creación del Colegio como posicionamiento social de la profesión. “Al tener el respaldo de un colegio profesional, la relación con otras profesiones es más igualitaria y respetuosa”, explica.

Y aunque reconoce que aún quedan retos por alcanzar, se muestra satisfecha de los avances logrados: “Escuchar opiniones positivas respecto al esfuerzo realizado por muchas personas en estos 15 años me llena de orgullo. Lo usual es que quienes participan en las actividades del Colegio valoren lo que se ha hecho porque lo conocen de cerca”.

Su paso por la presidencia lo recuerda con humildad y gratitud. “Me dieron un reconocimiento por un mérito alcanzado por muchas personas que propusieron y apoyaron la creación de un colegio. Me siento orgullosa de haber aceptado el reto de la primera presidencia, con mucha responsabilidad, acompañada de colegas con compromiso y visión”.

Hoy, su mirada sobre el futuro del Colegio está llena de esperanza y convicción. “Se luchó por tener un gremio organizado y apadrinado por un colegio profesional. Es una lucha de todos los días, y cada persona colegiada debe estar clara en que con su desempeño y comportamiento profesional contribuye a la imagen que proyectamos como gremio a la sociedad. Gota a gota se hace la lluvia”, expresa.

Detrás de la profesional, hay una mujer familiar y agradecida con la vida. “Tengo una hermosa familia unida y solidaria: mi madre, mi hermano, cuñada y sobrina, tres hijos, dos nietas y un yerno. Nos reunimos todos los domingos a compartir el almuerzo y el café. Este compartir en familia me llena plenamente”, comenta. Disfruta de los “cafecitos” con las personas que la estiman, los viajes y las visitas a la playa.

A 15 años de la creación del Colegio, su legado trasciende los logros institucionales. Representa la semilla del compromiso, la entrega y el sentido humano que caracteriza a la Orientación. Su historia nos recuerda que el liderazgo, cuando se ejerce con convicción y humildad, deja huellas profundas y duraderas.